Había una vez una hermosa joven llamada Serebella, que vivía en una vieja choza cerca del palacio. Ella estaba enamorada del príncipe y soñaba con casarse con él. Ella vivía con una bruja malvada que odiaba a todo el mundo, esa bruja la hacía trabajar de día y de noche.
Un buen día al rey se le ocurrió hacer una fiesta , a la que irían todas las damas casaderas del reino.
Al otro día llegó la invitación a manos de la dulce joven. La malvada mujer al descubrir la invitación, lanzó un terrible hechizo convirtiendo a la joven en una horrible mujer, para que no fuera al baile. Ella llorando dijo:
Un buen día al rey se le ocurrió hacer una fiesta , a la que irían todas las damas casaderas del reino.
Al otro día llegó la invitación a manos de la dulce joven. La malvada mujer al descubrir la invitación, lanzó un terrible hechizo convirtiendo a la joven en una horrible mujer, para que no fuera al baile. Ella llorando dijo:
_¿Por qué?, ¿qué he hecho yo?
De repente apareció un hada de tiernos ojos y de bello rostro y dijo:
_¡No llores, no estés triste!
Serebella, le contó todo lo que había ocurrido. Ella movió la barita y con un lindo hechizo la convirtió en la hermosa joven que era antes del hechizo de la mala mujer, entonces le dijo:
_Vé al baile, pero recuerda que a medianoche el hechizo se deshará.
Entonces la joven fue. Al verla entrar, el príncipe quedó maravillado con su belleza. Bailaron toda la noche y al finalizar el vals, el reloj tocó las doce campanadas. Alarmada, Serebella gritó:
_¡Ay, no...! ¡Debo irme!
Ella salió corriendo y el príncipe le gritó:
_ ¡No, espera!, ni siquiera sé tu nombre.
Bajando las escaleras perdió su zapato izquierdo y el príncipe lo levantó. Al otro día, fueron casa por casa buscando a la joven que calzara el zapato.
Llegó a casa de la joven, ella se probó el zapato, al calzar justo, el príncipe la quiso abrazar y la joven desapareció. La casa se llenó de humo y en ese instante apareció la malvada mujer, lanzándole uno de los malvados hechizos al príncipe y a los guardias y convirtiéndolos en unas sólidas estatuas .
Al tiempo, se rompió el hechizo, los guardias y el príncipe, volvieron a ser humanos . Después el príncipe se casó con otra princesa, nunca mas volvió a ver a la joven que lo había deslumbrado. Y Serebella tras tanto sufrimiento, murió de amor.
De repente apareció un hada de tiernos ojos y de bello rostro y dijo:
_¡No llores, no estés triste!
Serebella, le contó todo lo que había ocurrido. Ella movió la barita y con un lindo hechizo la convirtió en la hermosa joven que era antes del hechizo de la mala mujer, entonces le dijo:
_Vé al baile, pero recuerda que a medianoche el hechizo se deshará.
Entonces la joven fue. Al verla entrar, el príncipe quedó maravillado con su belleza. Bailaron toda la noche y al finalizar el vals, el reloj tocó las doce campanadas. Alarmada, Serebella gritó:
_¡Ay, no...! ¡Debo irme!
Ella salió corriendo y el príncipe le gritó:
_ ¡No, espera!, ni siquiera sé tu nombre.
Bajando las escaleras perdió su zapato izquierdo y el príncipe lo levantó. Al otro día, fueron casa por casa buscando a la joven que calzara el zapato.
Llegó a casa de la joven, ella se probó el zapato, al calzar justo, el príncipe la quiso abrazar y la joven desapareció. La casa se llenó de humo y en ese instante apareció la malvada mujer, lanzándole uno de los malvados hechizos al príncipe y a los guardias y convirtiéndolos en unas sólidas estatuas .
Al tiempo, se rompió el hechizo, los guardias y el príncipe, volvieron a ser humanos . Después el príncipe se casó con otra princesa, nunca mas volvió a ver a la joven que lo había deslumbrado. Y Serebella tras tanto sufrimiento, murió de amor.
Adaptación libre de un cuento popular
Cuento original: Cenicienta
Versión propia: Serebella
Autor/a: Laura Vanesa Lagos
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